Allan Kardec: "El hombre no sólo está compuesto de materia, hay en él un principio de pensamiento conectado al cuerpo físico que deja, como uno deja una prenda usada, cuando se completa su encarnación actual". (El Libro de los Espíritus) 

La definición dada sobre el “SAMSARA” es:

Ciclo indefinido en el tiempo de todo lo que circula, transita y transmigra.

La palabra viene del sanscrito y se la relaciona con la evolución espiritual, al que también se le llama “RUEDA DE LA VIDA”, puesto que el único propósito de cada alma es el de evolucionar, esa es la única meta de cada ser, la de mejorarse y elevarse espiritualmente.

Para lograrlo, cada ser debe encarnar, desencarnar y volver a encarnar durante un tiempo indefinido dentro de la materia densa, hasta llegar a un punto de sabiduría determinado que le permita salir de la ignorancia para seguir evolucionando en esferas de consciencia mas elevados donde ya no necesiten vivir con un cuerpo físico denso, sino en dimensiones intelectuales donde ya no deban sufrir, cuando ya hayan integrado el amor y la compasión en sus consciencias.

Durante las diferentes encarnaciones cada ser va experimentando los tormentos psíquicos y emocionales ligados a su falta de evolución y las enfermedades que estos tormentos psicológicos provocan en su cuerpo físico, a lo largo del tiempo aprende a comportarse de manera menos individualista y egoísta para lograr estabilizarse emocionalmente y sociabilizarse de manera mas amorosa, consigo mismo y con los demás.

El Samsara es ese camino evolutivo que está íntimamente ligado a la “ley de causa y efecto”, antiguamente a esta ley se la llamaba “KARMA” y los antiguos afirmaban que siempre se comienza por la experiencia del mal, para terminar por la experiencia del bien, esto es lógico si se tiene en cuenta que cuando un ser evoluciona, termina por experimentar la paz interior y la felicidad.

Al “Samsara” se le opone el “Nirvana”, o sea, el Samsara es el proceso y el “Nirvana” es el objetivo, el punto máximo de evolución en las bajas esferas, que cuando se adquiere ya no se necesita volver a encarnar saliendo el ser del ciclo de nacer morir físicamente y renacer indefinidamente.

La antecámara del Nirvana es el despertar espiritual, que se basa en la toma de consciencia a través de la cual cada ser comprende que es multidimensional, que su existencia no se limita a una sola vida, en un solo cuerpo dentro de este mundo, sino que su existencia lo confronta a algo mas profundo, verdadero e infinito que se llama universo, en el que se manifiesta una consciencia inmensa al cual esta ligado y que muchos llaman “Dios”, otros lo llaman “Fuente” o simplemente “energía divina”.

El cambio se produce cuando el ser sale de su egocentrismo limitante, para comprender su divinidad, cuando deja de caminar como un autómata y levanta su cabeza para comprender que más allá hay un espacio infinito donde también hay vida y que hace parte de ello y quiere salir a descubrir lo que hay allí ya sea desde lo espiritual, como desde lo científico indistintamente.

Copyright © Monica Sanchez