La forma y su simbología – Maestra Maria - 24/12/2020

El universo dentro de la materia e incluso dentro de la energía pura, no se expande en tanto que abecedario, sino en tanto que formas geométricas, respondiendo a una simetría matemática y a un movimiento expansivo de curvas, líneas y puntos, como así también en ondas de sonido o de luz.

¿podríamos decir que las formas, la luz y el sonido dentro de sus diferentes frecuencias, son una sola cosa?

Pues bien, no son lo mismo, pero están íntimamente ligados, cada forma, cada rayo y su color, cada sonido tiene una vibración propia y se desplaza dentro del espacio de una manera determinada a través de la mente universal, pues todo ello nace y se desplaza dentro de ella en forma de pensamientos.

Los pensamientos son energías de creación, salidas del rayo azul, expandidas en el rayo amarillo y convertidas en verdad dentro del rayo rosa, lo que significa que se necesita una motivación, un objetivo y una flecha con la mano que la lanza hacia el objetivo, cuando la flecha alcanza a ese blanco se considera que el objetivo ha sido alcanzado y la tarea ha sido cumplida.

Cada vez que lanzamos un pensamiento estamos lanzando una flecha que se plantara allí donde hemos fijado nuestro blanco y la hemos mandado con más o menos fuerza, pero siempre llega, allí donde nuestra voluntad ha fijado su punto de llegada, una vez que la flecha ha sido lanzada, no se puede parar, ni desviar su recorrido.

Cuando creamos una forma, es lo mismo que lanzar un pensamiento creativo o destructivo, puesto que estamos materializando una idea, le estamos dando forma, le estamos entregando un cuerpo, estamos sacando una idea de lo abstracto, para materializarla dentro de una forma determinada.

De la misma manera crea la Fuente, a través de sus propios pensamientos, de su propia voluntad y creatividad, por lo tanto cada vez que vemos una forma determinada, sabremos que lleva también una energía determinada, ya sea una forma geométrica o una forma sonora o luminosa.

Por lo tanto al utilizar nosotros mismos algunas de esas formas de energía divina para materializar formas de materia, ya sea en imágenes planas o en volumen, como así también en formas sonoras en palabras o en música y colores, estamos vehiculando las frecuencias vibratorias de cada uno de los elementos utilizados para crear esas diversas formas y según sean los elementos combinados, según será el resultado obtenido, pues:

“la forma es un conjunto de elementos reunidos para expresar una idea o voluntad”

Una línea recta tiene un significado, un circulo tiene otro significado, como así también un punto y la combinación de todos ellos nos llevara a transmitir una idea, un mensaje, que no necesita palabras para expresar su contenido, con solo mirarlo ya comprendemos, pues la energía de cada forma, ya esta integrada dentro de nuestro subconsciente y somos capaces de leer el mensaje contenido dentro de esa forma.

Eso es lo que pueden apreciar ciertas personas dentro de las obras de los artistas, no todos son sensibles a todas las formas y la apreciación se realizara según sea su sensibilidad personal desarrollada en la manifestación de la materia dentro del arte, lo mismo puede suceder en la creación de un sello o de un mándala dentro de la espiritualidad.

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Los Mándalas

Son el ejemplo más preciso de lo que significa materializar una idea o un deseo; cuando los Monjes tibetanos construyen mándalas les ponen una intensión, de paz, de amor, de agradecimiento, etc. Y componen una imagen, con arenas coloreadas dedicadas al universo, para que ellas lleven a la Fuente mensajes que afirmen una idea o bien expresen un deseo.

Muchas veces ilustran el pasaje de un texto sagrado y lo materializan en un mándala, para que este se expanda dentro de la energía sagrada desde la tierra hacia el universo y vuelva luego a la tierra en forma de bendición.

Simplemente se utilizan varias energías para formar otra energía más grande que pueda vehicular transformaciones, trayendo de vuelta una tercera energía más grande aun que podamos recibir, canalizar y/o integrar de manera espiritual.

Es una manera de expansión energética colectiva que va del hombre simple hacia la Fuente divina, rebota en ella volviendo al hombre simple y a la humanidad entera multiplicando su fuerza por cientos y miles.

Por supuesto que la belleza de las formas es muy importante, pero más importante aun es la intención que se ponga en esa forma, poco importa si la forma no es bella, lo que importa es lo que hemos querido expresar con ella y lo que ella nos devuelve, porque con los sellos y los mándalas estamos aplicando la ley de correspondencia del Kibalion que dice “Todo lo que va vuelve”, “A cada causa le corresponde un efecto y a cada efecto, le corresponde una causa”, esta es la energía de los pensamientos.

Por lo tanto cuando decidan crear una forma nunca se olviden de esto, lo importante es la intensión que queremos vehicular creando una forma, mejor será vehicular el bien, pues luego volverá multiplicada su fuerza por cientos y miles, como hemos dicho anteriormente, es un boomerang de energías.

Los elementos que componen la forma Este tema puede llegar a ser muy vasto, pues están los colores que se puedan utilizar, la materia que puede ser metal, mineral primario, mineral cristalizado, liquido, vegetal, etc., dibujados sobre papel o con arena sobre una tabla.

En segundo lugar es la forma que se le da, circular, cuadrado, etc.

En tercer lugar, el mensaje o la intensión que se vehicula a través de todo ello.

En cuarto lugar esta el “momentum” de creación, es decir, el estado mental en que se encuentra la persona, la energía planetaria del momento o bien un periodo, hora o fecha precisa que puedan intervenir positiva o negativamente en la concepción de la forma.

Un simple dibujo a mano alzada puede decir muchas cosas y vehicular mucha energía, por ello cuando lo realicemos debemos bien reflexionar al mensaje que queramos vehicular, para luego poder recibir el fruto de esa idea o deseo, la contemplación de esa obra que sea nuestra o de otros, nos traerá paz, alegría, sanación o cualquier otra frecuencia que se haya vertido en ella.

“Dibujar un mándala es una practica espiritual y es un soporte de meditación muy importante, su contemplación puede llevarnos a estados de consciencia muy elevados”.

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